martes, 3 de abril de 2012


En Lleida hay unos pocos amigos pintores, grabadores y diseñadores con los que mantengo una relación agradable y fluida, más o menos periódica; nos vemos, sin forzar las situaciones, de vez en cuando y tomamos unas cervezas. Nuestras conversaciones, como es lógico y fácil de adivinar, van por derroteros múltiples (según el tiempo y la historia); en cuanto a los temas que van apareciendo (a algunos les sucede como el agua en los Ojos del Guardiana) que vuelven y vuelven.  Aunque, de una manera u otra, siempre se recala, un tiempo, en lo que más nos distingue e identifica: la actividad artística. 

En una de esas ocasiones estuvimos intentando explicar como era nuestro trabajo. Entre mis compañeros se dan casi todas las posturas frente la obra. Están los que defienden la necesidad de explicar la obra y los que mantienen otros enfoques contrarios. Entre estas dos posiciones radicales se dan unas cuantas más, menos radicales.

José G. Ramos, 2001. No hay mártires (29,5x19,5)


Mientras volvía hacia casa, repensando lo dicho y analizando los diferentes puntos de vista  que se mantuvieron en aquella reunión, de nuevo, poco a poco, fui  tomando en consideración la enorme dificultad que representa definir el trabajo propio o el ajeno. Se puede hablar sobre las técnicas, materiales, soportes y procedimientos que utilizamos (que en definitiva, de una manera u otra, es lo que explicamos casi siempre); podemos teorizar (o eso creemos) sobre los antecedentes que fundamentan nuestra obra; a veces, no siempre, hacemos una reflexión sintética sobre los principios y las  categorías (más o menos filosóficas o estéticas) en las que nos movemos; pero difícilmente expresamos  con precisión, rigor y claridad la esencia de lo que hacemos (al menos es lo que me suele suceder a mi).


¿Realmente se puede definir con pocas palabras la obra de un artista?  

2 comentarios:

  1. Tienes razón en lo que dices. Es muy difícil explicar una obra, explicar una pintura.
    Por cierto, muy buena tu obra "No hay mártires"

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  2. Siempre es de agradecer que a alguien le guste lo que uno hace. Suerte,

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